dilluns, 30 d’octubre del 2017

Desapareció

Tardaron en darse cuenta, pensaron que sería un gripe pasajera. Al cabo de unos meses, la duda se trasladó a la oficina. Hubo algunas teorías al respecto, algunas bastante raras, casi surrealistas. ¿Le habrían secuestrado? Esas cosas no pasan, o no le pasan a la gente normal. ¿Quién querría secuestrarle? No era una persona secuestrable, ni listo ni tonto, ni rico ni pobre. Era simpático. ¿Lo era? Saludaba, siempre daba los buenos días. Un tío correcto, ya volverá.

No volvió. Seguía habiendo café en la máquina y, ese día, hablaron del fútbol. El arbitro había anulado un gol. Hubo algunas teorías al respecto, algunas bastante raras, casi surrealistas.



Joan Simó